El padre del suboficial César Vilca, Dionosio Vilca, quien fuera abatido por narcoterroristas en la selva del Cusco, afirmó que su principal objetivo al viajar al poblado de Kiteni era encontrar el cuerpo de su hijo y nunca bajó los brazos para conseguirlo.
En medio del dolor que lo embarga, comentó que no dudó un instante en trasladarse a la zona, pues quería colaborar con la búsqueda, en vista que habían pasado cuatro días desde el ataque narcoterrorista contra las fuerzas del orden y no tenía noticias de su vástago.
“Al no saber nada, ni tener información sobre mi hijo, desconocía lo que había sucedido o si estaba perdido. El director de la Policía (Raúl Salazar) autorizó que me llevaran a Kiteni (Cusco) en avión. Me apoyaron con eso y con el hospedaje”, detalló Vilca a la prensa.
Desde su vivienda en San Martín de Porres, donde son velados los restos de su hijo, incluso narró que en Lima había mandado a imprimir volantes con la foto y los datos de César, los cuales llevó consigo a Kiteni para repartirlos entre la población y pegarlos hasta en los árboles.
“Repartí los volantes entre las comunidades nativas e indígenas y eso me valió porque quizá el joven que nos ayudó a encontrar a mi hijo tuvo como referencia la imagen que estaba impresa en el volante”, destacó.
Si bien algunos pobladores cusqueños le dijeron que no se aventurara a la selva del Cusco, por lo peligroso de la zona, eso no lo amilanó y por el contrario le dio más fuerzas para continuar con su objetivo.
Don Dionisio agregó que hasta tuvo que comprometer la ayuda de la población del lugar, ofreciendo una recompensa de 40 mil soles para quien colaborara con la búsqueda y diera luces del paradero de su hijo.
“Tenía indicios de que mi hijo podía estar ahí. Con dos ayudantes que contraté como guías, pude ver la forma de entrar (a la selva de Kiteni) y una vez que llegamos, empezamos a caminar y así empezó la búsqueda, también con la ayuda de un perrito”, detalló.
Después de una larga búsqueda, su perseverancia dio sus frutos y pudo ver la luz. Hallaron un cuerpo que, pese a su avanzado estado de descomposición y a las múltiples lesiones y deformaciones, fue reconocido de inmediato.
“Me di cuenta que el cadáver era el de mi hijo porque conozco su cuerpo y por la ropa que traía puesta”, refirió el padre del agente caído en el VRAE.
Tras su llegada a Lima, una caravana de personas que agitaba pañuelos blancos acompañó los restos del suboficial de la Policía Nacional César Vilca, durante su recorrido desde la morgue hasta su vivienda de San Martín de Porres.
“César Vilca héroe nacional, César Vilca Héroe nacional”, coreó la multitud de conmovidos peruanos a la comitiva fúnebre, que arribó hasta su domicilio para las exequias.
Hasta el velorio continúan llegando vecinos, amigos de la familia y autoridades políticas, para expresar sus condolencias y despedir al suboficial César Vilca, quien esta tarde (15.00 horas) será enterrado en el cementerio Santa Rosa de Chorrillos.
Fuente: Andina
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