Olllanta Humala intentará reconciliarse con Arequipa, uno de sus principales bastiones en las elecciones de 2006 y 2011.
El reencuentro se produce bajo un clima enrarecido: los aliados políticos y gremios que lo apoyaron en campaña consideran que el presidente no ha cumplido con sus promesas electorales. La semana pasada, miles se volcaron a las calles en rechazo al recorte del canon minero y le atribuyeron la responsabilidad del tijeretazo a Humala. También hay malestar por la forma cómo se maneja la cristalización del gasoducto.
La agenda del mandatario es puntual: asistirá a los actos celebratorios por el aniversario de Arequipa en horas de la mañana. En horas de la tarde participará en la inauguración de la nueva planta de Cementos Yura.
Para el arribo del mandatario se ha montado un dispositivo de seguridad exigente. Habrá 25 camionetas a cargo de su seguridad y un helicóptero. Asimismo, la militancia de Humala coordina medidas para proteger al presidente de posibles protestas.
Aún está fresco el antecedente del 15 de agosto de 2003, cuando una masa enardecida abucheó al presidente de ese entonces, Alejandro Toledo. Le tiraron botellas y piedras. En 2002 había intentado privatizar Egasa y se desató el “arequipazo”.
Fuente: La República
Comentarios