Las Madres de niños envenenados encararon a la ministra Aída García Naranjo. Le increparon por haberse puesto a bailar mientras ellas lloraban a sus muertos y por culparlas de la muerte de los tres escolares. ¡Discúlpese!, le exigieron. Pero lejos de asumir su responsabilidad, prefirió negar las imputaciones que les lanzó.
“Le pedimos que se disculpe, que se retracte de haber culpado a estas humildes madres. Usted dijo que se encontraba (el veneno) en utensilios o en el balde, no sé por qué se permitió y dijo eso…mientras nosotros llorábamos por nuestros niños, velándolos, ¿usted qué estaba haciendo? Estaba bailando y encima de eso culpó a las madres. ¡Que se disculpe!”, le exigió una pobladora.
La irritación aumentó cuando se recordó que García Naranjo había dicho que la muerte de los tres escolares se había producido porque una madre utilizó un balde contaminado con pesticida para la preparación de los alimentos que les entregó el Pronaa.
“No he dicho eso”, exclamó la titular del Mimdes. Sin embargo, esa acusación que tiene relevancias penales, la realizó el 21 de setiembre en entrevista con Canal N, y la repitió en la sesión conjunta que por este caso convocó a las comisiones de Fiscalización y de Salud del Congreso.
Una mujer que dijo ser hija de la cocinera a la que había culpado García Naranjo de haber preparado el letal almuerzo, también increpó la actitud que asumía en sus propias caras García Naranjo.
“Has dicho que en el balde ha venido (el insecticida), en las noticias ha salido así. Después que hablas, niegas. Las personas no deben ser así”, le regañó indignada.
La furia que sintió el grupo de pobladores se debe a que si bien fueron tres los menores fallecidos por consumir los alimentos que les entregó el Pronaa, sus hijos también pudieron haber sido inocentes víctimas de la negligencia, ya que fueron más de 80 los menores afectados en el empobrecido caserío de Redondo, en la provincia de Cajabamba.
“Me comprometo con todos ustedes a levantar el mismo grito de justicia”, manifestó la representante del Ejecutivo, pero en ningún momento se disculpó como se lo demandaron los pobladores que se sintieron agraviados por ella.
El jefe zonal del Pronaa, Miguel Abanto, reconoció el uso del potente insecticida “Gastión” para la fumigación de los almacenes de donde partió el alimento contaminado.
Mientras tanto, en la capital, los parlamentarios nacionalistas consideran “exagerada” la interpelación de García Naranjo. Incluso se escuchó al parlamentario de Cajamarca Jorge Rimarachín asegurar que el pueblo de Redondo “reconoció la sinceridad de sus palabras” cuando llegó a Redondo, y que incluso no le endilgan responsabilidad alguna en este caso.
Fuente: La Razón
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