Luis Castañeda Lossio afirmó que no recibió sobornos de OAS, constructora brasileña que ganó la licitación de la Línea Amarilla durante su segunda administración al frente de la capital (2006-2010). Sin embargo, dijo que no puede poner las manos al fuego por sus ex funcionarios.
“Que [un presunto aporte] haya correspondido a una especie de pre soborno, en eso sí soy contundente: de mí nadie puede decir que me ha sobornado alguna vez”, manifestó.
Castañeda Lossio no precisó si OAS donó, como refirió su el ex presidente José Adelmário Pinheiro de la empresa, US$100.000 para la campaña a la alcaldía en el 2014. “Las campañas si no las financia el sector privado, quién las financia. ¿El sector público? El sector público no puede financiar campañas”, refirió.
El líder del partido Solidaridad Nacional, además, indicó que el recibir un aporte de campaña de una empresa privada “no es un delito”. Consideró que casi todas las campañas políticas en el Perú han sido financiadas por compañías particulares. El ex burgomaestre limeño señaló que no se reunió con Pinheiro en su casa.
“Nunca ha habido una reunión en mi casa. Así de simple. No, no [ha existido tal] reunión para hablar sobre aportaciones”, subrayó. El ex alcalde capitalino reiteró que no hay una persona que pueda decir que le haya pagado una coima. “[Pero] viendo en la institución [la municipalidad de Lima] que le puedan haber dado a X o Z, no lo sé, quiero presumir que no, en mi plana gerencia ha habido gente bastante buena y noble”, remarcó.
El ex candidato presidencial también dijo esperar que la justicia trate a todos “con la misma tijera” y no se deje “manipular por la política” o los medios de comunicación. “Todo va a salir bien, toda investigación es buena si tiene una razón justa y un objetivo claro”, acotó.
De otro lado, se informó que una comisión investigadora dentro del Consejo Municipal Metropolitano de Lima justificó en el 2017 el costo de la concesión del proyecto de la Línea Amarilla a favor de OAS. En junio del 2009 la empresa brasileña OAS envió un documento de 127 páginas en el cual le hizo conocer al municipio su interés por construir esta importante vía a cambio del dinero de los peajes. El costo de la obra, según el documento, sería de US$ 480 millones, sin IGV, ni intereses, ni garantía de riesgo. Incluido todo ello, el costo subía a US$ 676 millones.
Tras recibir el documento, la comuna le encargó la evaluación técnica y económica de la propuesta al ingeniero mecánico electricista Aldo Solimano Semorile, quien concluyó que la obra debía costar US$351 millones, en su informe presentado el 11 de junio del 2009, pero al día siguiente cambió el monto a US$ 462 millones, uno más cercano a lo que pedía la constructora brasileña.
Respecto a la elaboración del mismo, según indica el reportaje, el ingeniero dijo que “no recibió información complementaria por parte de la Municipalidad de Lima o el proponente (OAS), pese a que lo solicitó al efectuar su evaluación”.
En una audiencia ante el Control Interno, Solimano explicó que por eso “tuvo limitaciones apreciables y complejas, pues evaluó una ingeniería de proyecto sumamente escueta y sin contar con información suficiente”.
Este hecho fue evaluado por la comisión investigadora de la concesión Línea Amarilla, que integraron los regidores Martín D’Azevedo y Guillermo Valdivieso Méndez, de Solidaridad Nacional, Alfredo Saavedra Sobrados, de Somos Perú, Evelin Orcón Huamán, del APRA y Rafael Yamashiro Oré, del PPC.
Sin embargo, en sus conclusiones indicaron que “la concesión cumplió con los procedimientos para su adjudicación previstos en la normativa, para lo cual la Gerencia de Promoción de la Inversión Privada recabó los informes técnicos de las áreas […], así como los informes legales de su asesoría legal interna y asesores externos especializados”. Uno de ellos fue Solimano Semorile.
Fuente: El Comercio
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