Gregorio Santos mientras amenazaba desde el Congreso al Ejecutivo, fue visto con una camioneta de la Dirección Regional de Salud repartía víveres y banderolas a los antimineros ubicados en el centro de la ciudad.
Se pudo confirmar que el uso ilegal de este vehículo del Estado, que podría configurar delito de peculado, se realizó al mediodía, en el atrio de la Iglesia San Francisco. Es más, un funcionario de esa dirección regional hizo este trabajo dentro de su horario laboral.
En el Congreso, en una conferencia de prensa organizada por el expulsado legislador de Gana Perú, Jorge Rimarachín, Santos amenazó con “renegociar” los contratos con Newmont y otras tres mineras. Insistió en que “Conga no es negociable” y que “por los problemas que tiene, seguro que Newmont se va a ir”.
Santos tuvo que aceptar su fracaso en las convocatorias al paro antiminero. “No es un paro, solo son movilizaciones”, justificó.
En otro momento, no se retractó en su pedido de derrocar al presidente Humala. “Ahí está mi discurso, escúchenlo. Que el Perú y las autoridades lo analicen. Lo dicho, dicho está. Quieren oscurantismo”, dijo.
Finalmente, admitió que muchas obras que se atribuyó se iniciaron en la gestión anterior, lo que le reportó una alta ejecución presupuestal (70.3%) que pretendió hacer pasar como suya.
Reconoció, por ello, que del total del presupuesto invertido en 2011, el 83.1% lo ejecutó la institución Pro Región, que es la unidad creada por su antecesor Jesús Coronel para la realización de obras.
Fuente: Perú21
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